Después de haber estado orando por alguna petición durante algún tiempo, nos cansamos de pedir y no ver respuestas. En algunos casos surgen pensamientos de que ya Dios no lo hará, que nuestra petición no es relevante para Dios, o que debemos cambiar de página y seguir orando por otras cosas. Esta clase de pensamientos fueron aceptados como verdades en nuestra mente con el tiempo. No conozco tus peticiones, pero en mi caso, tengo oraciones que he hecho durante años, sin respuesta. En algunos momentos dejo de pedir por ellas, las retomo a veces, o las descarto, porque parece que nunca tendrán respuesta.
Pero esto es mi pensamiento, no la realidad de Dios, la Biblia nos enseña que debemos caminar con fe, pero ese caminar cuando no hay respuestas, pareciera ser agotador. Creo que lo más importante es mantener esa fe en la palabra que tenemos de Dios, aun cuando pareciera que nada cambia, Dios lo puede hacer. Si nuestra fe se agota, acudir a Dios con honestidad y pedir fuerzas, él multiplica las fuerzas al que no tiene (Isaías 40:29).
Tal vez estás leyendo esto con el pensamiento de que es demasiado tarde, la fe se mantuvo, pero la sanidad para la enfermedad mortal no llego, la respuesta en medio de la crisis no vino y el desenlace temido sucedió. No tengo explicación para eso, pero quiero decirte que Dios hace cosas nuevas, que él puede transformar todo ese dolor y restaurar la fe que en algún momento pusiste en él.
Puedes retomar esos sueños, esas oraciones, continuar en el camino de la fe, rodearte de personas que te apoyen y lo más importante renovar tus fuerzas en Dios.
Por más seco que este el árbol, puede volver a reverdecer.
Job 14:7-9 –RVR 1960
7 Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza;
Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán.
8 Si se envejeciere en la tierra su raíz,
Y su tronco fuere muerto en el polvo,
9 Al percibir el agua reverdecerá,
Y hará copa como planta nueva.
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