Cisternas Rotas

Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

Jeremías 2:13

¿Cómo está mi cisterna? ¿Existe alguna insatisfacción en mí? Podemos vivir nuestra vida de fe creyendo la mentira de que tenemos todo, pero nos falta una cosa para estar completos. Puede ser esa casa soñada, esos hijos, ese noviazgo o matrimonio, quizás el trabajo perfecto.

¿Será que en algún momento cambiamos la plenitud de Dios por una petición no respondida? ¿Se habrá convertido esa petición en un ídolo? ¿Seremos completos verdaderamente al recibir eso que hemos orado?

Cuando vivimos pensando que algo nos falta para estar plenos, ignoramos que existe alguien que quiere darnos todo, pero en su tiempo y de acuerdo con su voluntad.

Vivimos de ilusiones o fracasos intentando en nuestras fuerzas llenar una cisterna que no retiene el agua. Cavamos una cisterna, pensando que nos tocaba, cuando nuestra provisión es el Señor.

Dejamos de lado el agua viva, yendo tras algo que no nos llenara nunca, porque solo uno es el que llena, solo uno es el que sacia.

¿Ahora qué? Empecemos a buscar la fuente de agua vida. Creyendo que el sacia y que no necesitamos más.

Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.

Colosenses 2:9-10

Deseo Insaciable

2 Samuel 12:1-13.

Este texto nos habla sobre la historia de David y Natán. El rey David tuvo un encuentro con una mujer casada y había intentado cubrir el asunto asesinando al esposo de esta mujer.

Dios lo exhorta por medio del profeta Natán por el comportamiento que había tenido. David tenía varias mujeres a su disposición según la costumbre de la época y su posición como rey. Pero un día vio una y decidió estar con ella.

Un hombre que tenia todo, tenia el poder de pedir cualquier cosa y de recibirlo, porque era mandato del rey. Sin embargo, en esta ocasión su deseo era algo que no le correspondía. Deseaba lo que otro poseía. Su deseo fue mayor.

¿Cuántas veces nos pasa esto en la vida? Se nos ha dado mucho, pero parece que nunca es suficiente, recibimos lo que pedimos, pero tiempo después nos parece poco.

Nos llenamos de deudas, de problemas, o algún tipo de carga por satisfacer nuestro deseo insaciable. Las aspiraciones son buenas, pero cuando están son una carga que parece nunca detenerse. ¿Dónde está nuestro corazón verdaderamente?

Hemos aceptado el sentirnos insaciables siempre, porque no hemos decidido beber del agua que sacia. ¿De qué nos estamos saciando?

Juan 4:14

Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

Mi Porción es Jehová

Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Lamentaciones 3:24 RVR1960.

¿Cuántas veces hemos escuchado este versículo?

Te pregunto. ¿Cuál es tu mayor tesoro? ¿Verdaderamente es Jehová nuestra porción o es compartido con los afanes del mundo? O con la idea de éxito que nos adoctrina el mundo.

Amar al Señor, es más que asistir a una reunión dominical. Es más que apoyar en tu iglesia local en algún área de servicio. Es que en nuestra alma, mente y corazón le ame a él y también amar lo que él ama, las personas.

Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos. Marcos 12:30-31 RVR1960.

Esto no es un proceso inmediato, podríamos decir que es progresivo. Decidir que Dios sea lo más importante en nuestra vida, es negarse, entregarse por otros, e incluso pensar diferente. Vivir diferente.

¿Qué precio tiene para nosotros el seguir a Jesús?

Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Lucas 9:23-24

Cultura y Lenguaje

Cuando iniciamos estudios de un idioma diferente a nuestra lengua materna, nos enseñan teoría, gramática y en ocasiones un poco de contexto e historia de las palabras.

Luego, cuando ponemos el idioma en práctica, conversando con personas nativas, nos damos cuenta de que la forma de hablar de ellos es un poco distinto a lo que nos enseñaron. No comprendemos sus chistes, o algunas de sus conversaciones, porque nos enseñaron el lenguaje, pero no la cultura. Quizás, nos enseñan algo breve, pero la cultura es viva.

Analizando, me parece que también en la fe cristiana sucede, aprendemos lenguaje cristiano, sabemos que palabras usar cuando hablamos con el pastor o lideres de la comunidad de fe, pero no siempre nuestra cultura es la que nos ordena la palabra de Dios.

Podemos hablar muy bien el idioma cristiano, pero conocer poco sobre la cultura de Dios.

Para aprender esta cultura, no hay atajos. La fe, nuestra fe, viene por el oír su palabra, es así como nuestra mente se renueva y da paso a una nueva cultura.

Seria bueno que nos enfocáramos también en cultura bíblica, no solo lenguaje cristiano.

Romanos 10:17

Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Romanos 12:2

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

¿Agradecimiento?

Usualmente, al iniciar un nuevo año pensamos en metas, proyectos, sueños o en aquello que no logramos.

¿Cuántas veces nos detenemos para agradecer?

Es emocionante iniciar un nuevo año, hasta sentimos cierta adrenalina por lo que vendrá. La Biblia nos dice que debemos vivir siempre agradecidos, no solo cuando tenemos respuestas a nuestras oraciones, sino siempre.

Puede ser que el año 2022 no superó tus expectativas, quizás pasaron cosas que no esperabas, pero todo nos ayuda a bien. Si lograste celebrar un nuevo cambio de año, eso es motivo para estar agradecido.

El agradecimiento nos hace ver la vida desde otra perspectiva, nos aleja un poco del sistema de este mundo que nos dice que la felicidad esta en aquello que aún no tenemos.

Podemos vivir un día a la vez e intentar sacar unos minutos para agradecer, usualmente nuestras oraciones son listas de pedidos a Dios, pero ¿Cuánto de ese tiempo lo usamos para agradecer?

Quizás si nos ponemos como resolución ser más agradecidos, vivíamos mejor este nuevo año.

1 Tesalonicenses 5:18

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

Soltería con Propósito

Muchas veces, incluso, más allá de lo que imaginamos nos encontramos con creyentes que no viven una plenitud en Dios, porque se sienten fracasados e incompletos. Esto porque aún se encuentran solteros. Siendo esto una de las mayores luchas, distracciones y afanes de las personas.

Como todo lo que Dios hace, tiene un propósito. Salomón dice que todo tiene su tiempo y así es, pero ese tiempo de ¨espera¨ existe por una razón. Hay varios procesos de espera que enfrentamos en la vida, o, mejor dicho, siempre estaremos en espera de algo. Hay nueve meses de espera para conocer a un niño y también hay tiempos de espera cuando vamos a un médico en medio de una urgencia.  Son razones diferentes, pero una variable importante es la actitud.

Me pregunto. ¿Cómo vives este tiempo? ¿Con desesperación o con gozo?

Para muchos la meta es el matrimonio, para otros es un matrimonio que dé gloria a Dios, este último es por el cual debemos orar, para esto, se requiere formación y proceso. Y los procesos existen por propósitos.

Pablo dice que los solteros cuidan de las cosas del Señor, de cómo agradarle.

1 Corintios 7:32 – Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor.  

La soltería no es un espacio vacío, sin propósito, todos, solteros o casados somos exhortados a buscar primeramente su reino (Mateo 6:33). Nuestro enfoque debería ser desgastarnos en servicio a Dios por otros como Pablo lo hizo para edificación de la iglesia. Sí, Pablo tenía un don de continencia. ¿Pero acaso no es Dios digno de nuestra entrega siendo soltero o casado?

2 Corintios 12:15 – Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.

¿Cómo saber que ese anhelo en mi corazón ocupa el lugar incorrecto?  Si esa persona nunca llega. ¿Daríamos gloria a Dios o nuestra respuesta sería enojo? Quizás hasta sacaríamos en cara a Dios nuestros años de servicio y todo lo que hemos hecho por él

Si tu destino fuese la soltería permanente. ¿Seguirías amando a Dios? O ¿tu servicio está sujeto a condiciones?

Jesus nos manda amarle con todo, no un tercio o un octavo. Quiere todo.

Mateo 22:37 – 38 – Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento.

99+1

Lucas 15:1-7 RVR 1960

15 Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, 2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. 3 Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: 4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; 6 y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido. 7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

99+1

Para algunos de nosotros perder una oveja no sería tan relevante, cuando tenemos 99 aseguradas. Pero para Jesús, esa oveja valía aún más que las noventa y nueve juntas. ¿Por qué? Jesus veía el valor de uno, no era que tenía otras más con que reemplazar a la perdida, es porque esa única valía la pena ir a buscarla. Porque las restantes estaban bajo su cuidado, pero una estaba vulnerable, desconocía los peligros que podría enfrentar. Más allá de los números, el valor de una oveja perdida nos debe recordar el valor de uno. Un mensaje, una llamada, un pequeño gesto, puede ser lo que Dios use para traer alguien de regreso.

Seamos 1+1 Alguien que fue encontrado, orando, intercediendo, accionando por un perdido.

Una y otra vez: Él nos Ama

Después de ciertos años de saber que somos hijos de Dios, podemos restarle importancia a su amor. Suena un poco extraño, pero lo que trato de explicar, es que podemos empezar a vivir sin ser consientes diariamente que Dios nos sigue amando tan intensamente como el primer día que nos acercamos a él.

Asumimos que nos tiene que ir como deseamos en todo, porque somos sus hijos. Que nuestras oraciones van directo a la lista de prioridades de Dios, porque nos “hemos ganado” ese derecho luego de tantos años. Claramente, no somos merecedores. El reino de los cielos funciona por su amor, no por nuestros méritos o nuestras obras.

La única manera de entender su amor, es sabiendo que cada día está lleno de gracia y misericordia. Hay días que podemos sentirnos muy amados por los detalles que recibimos, pero los otros días, seguimos siendo amados, no según nuestra perspectiva, sino el sacrificio que Jesús pagó, de una vez y para siempre.

Efesios 3:18-19 NTV

Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios.

Pura Gracia.

¿Cuándo fue la última vez que recordaste quien eras antes de Jesús?

¿Recuerdas tus primeros meses en tu vida cristiana?

¿Somos verdaderamente conscientes de la gracia de Dios en nuestra vida?

Quizás tengas los recuerdos muy presentes en tu vida, o tal vez, olvidaste ese primer día, como llegaste, como te sentiste. En nuestro caminar con Dios, podemos dejar de lado detalles importantes, quizás porque consideramos que ya estamos en otros tiempos o porque consideramos más relevantes otras etapas.

No podemos acostumbrarnos a su perdón, no podemos bajarle el valor a su gracia, cada día, recibimos nuevas misericordias, personalmente no creo que estas misericordias sucedan en automático, como el pago mensual de una suscripción de streaming, que simplemente sucede y ya está cronometrado. Su gracia es la porción que Dios determina cada día para lograr vencer la tentación, para recibir su pronto socorro o para ser levantados cuando estamos en el suelo. Sus misericordias, no son dadas de manera automática, son el regalo necesario cada día para continuar.

Cuando nadie daba algo por nosotros, él dio su vida

Cuando perecíamos en el suelo de las circunstancias, él nos dio propósito

Cuando no teníamos más fuerzas, él nos dio las suyas

Romanos 9:25 -26

25 Como también en Oseas dice:

Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,

Y a la no amada, amada.

26 Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío,

Allí serán llamados hijos del Dios viviente.

La Cosecha del Fracaso

¿Cuantos hemos fallado?

¿Cómo nos sentimos cuando fallamos en algo?

¿Saldrá algo positivo de fallar?

Muchas veces vemos los errores o las fallas que cometemos como lo peor que nos puede suceder, pensamos que perderemos credibilidad o imagen ante las demás personas, nos enfocamos mucho en como seremos vistos después de haber fallado. Es importante analizar por qué vienen estos pensamientos, si nuestro miedo a fallar es producido por el que dirán otros, podemos estar conduciendo nuestra vida por los comentarios que otros hacen y no por lo que Dios piensa de nosotros. Esto puede dejar en descubierto que mi enfoque es hacia los otros, no hacia Dios. Extrañamente Dios conoce nuestra condición, sabe que somos polvo. Según dice Salmos 103:14: Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que somos polvo.

¿No es increíble? Nos enfocamos por cumplir con la expectativa de “no fracaso” con otros, pero el Dios que nos creo sabe nuestra verdadera condición.

El fracaso no tiene como propósito vencernos, es parte de los distintos procesos que vivimos en la vida. Para aprender a hacer algo bien, requiere sumar conocimientos y ponerlos en práctica. Y ese conocimiento necesario algunas veces será sustentado por nuestros fracasos.

Eclesiastés 3, nos recuerda que todo tiene su momento oportuno. El fracaso es un momento oportuno para aprender y para crecer.

Muchas mujeres y hombres de Dios fracasaron, pero su historia no acabo ahí. Se enfocaron en su propósito eterno, no en los comentarios de otros. Vemos un David, siendo parte del linaje del Salvador del mundo, un Pablo con un pasado sangriento, ser un instrumento para el mundo entero, los personajes continúan.

¿Qué harás con tus fracasos?

Y aunque tu principio haya sido pequeño,

Tu postrer estado será muy grande.

Job 8:7

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