Un año más está por terminarse, aunque este año estoy seguro que no fue como lo esperábamos, se dieron muchas situaciones que se salieron de nuestro control y otras más que nos tomaron por sorpresa. Sin embargo, iniciamos el año 2020, con mucha ilusión, con metas y muchos sueños por cumplir.
Algunas metas sobrevivieron el aislamiento, el teletrabajo y el distanciamiento social, pero otras no se pudieron completar, la idea de este texto no es llenarte de pensamientos de tristeza, más bien, es buscar crear un plan para lograr aquellas metas que no conquistaron, pero esta vez con un plan mejor.
Puedes decir que planear en este tiempo es difícil, por la incertidumbre y los cambios tan drásticos que suceden, pero, si cambias un poco la percepción puedes ver que siguen las oportunidades, quizás de una forma diferente, pero continúan abriéndose puertas, lo más importante, Dios sigue cumpliendo sueños. Si en este momento, me crees un loco por invitarte a hacer planes, quiero decirte que los planes de Dios para tu vida no se han detenido, él sigue en su trono y cumplirá las promesas que te ha dado. Desempolva tus metas y sueños, recobra ánimo.
¿Y si planeas como conquistar esas metas?
Esta vez planea, saca un espacio de tiempo para decidir que metas vas a perseguir, establece prioridades y agrega los tiempos en que lo esperas cumplirlo. Sabemos que el tiempo es para motivarnos a lograrlo en un periodo especifico, pero ese tiempo puede variar. Busca el cumplimiento de la meta, con flexibilidad y pide consejo a aquellos que recorrieron el camino que tú vas a iniciar.
Haz parte a Dios de tu plan, ora por esos planes, su dirección es vital para lograrlo.
Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.
Proverbios 21:5 NTV
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