Está por terminar este año, para muchos esto puede ser símbolo de alegría, para otras personas tristeza, incluso ansiedad.
El tiempo no perdona, personalmente este año ha significado crecimiento, he aprendido a valorar cosas que tenía en mi vida y daba por sentado que nunca cambiarían.
Aquella salida con amigos que no se hizo, aquellas actividades que no tienen fecha de regreso, entre otras cosas, creo que para la mayoría ha sido un año de aprendizajes, nos frenaron el ritmo de la vida, pero no detuvieron el tiempo, apagaron las luces del show sin avisar antes, nos faltaron cosas por hacer en nuestro calendario, algunos dijeron adiós en silencio, pero, a pesar de todo esto que hemos vivido, ¿será que todo fue malo?
Romanos 8:28, dice que todos nos ayuda a bien, ¿será que Pablo sabe cómo es vivir una pandemia cuando escribió esta carta? Ahí dice que todo ayuda a bien, pero algo así, ¿trae algo positivo? La respuesta es que si, a mi parecer toda situación aun cuando no entendemos nos ayudara a bien, porque Dios es quien está al control. En este nuevo año podemos agradecer si tenemos nuestra familia, si tenemos un trabajo, si nuestra relación con Dios creció, hay muchas cosas por agradecer.
Podemos tomar unos minutos y pensar si fue un buen año o no. Estoy seguro que en medio de todo este contexto hay algo porque agradecer, incluso si estás leyendo este blog, puedes agradecer por tener la oportunidad de estar vivo, de leer, de intentar acercarte un poquito más a Dios.
Gracias por los minutos que dedicaste a este texto, gracias por darme de tu tiempo valioso, te dejo de tarea para fin de año, meditar sobre este año, aun una enseñanza recibida es algo valiosísimo.
Deja una respuesta