Apariencias

Vivimos en un mundo gobernado por el consumismo, un consumismo que es alimentado por el deseo humano de aparentar. Vemos que muchas marcas de ropa, de carros, zonas geográficas, entre otros tienen cierta etiqueta. Nos dicen que si utilizamos sus productos o servicios nos veremos más ostentosos o con una vida “abundante”. Pero detrás de esto, podemos estar cubriendo vacíos emociones, deudas y sufrimiento. Hemos adoptado el concepto de que cantidad material, está relacionada con bienestar. Dice un dicho: apariencias vemos, deudas no sabemos.

Sostener las apariencias tiene un costo muy alto. Es pretender un estilo de vida, que no podemos costear en ocasiones, esto nos genera estrés, depresión, ansiedad e incluso problemas económicos bastante difíciles.

¿Cómo saber si le estoy dando un alto valor a las apariencias en mi corazón?

Pongamos atención a lo que sale de nuestra boca. Usualmente usamos el siguiente versículo para otras personas, pero también aplica para nosotros mismos.

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:45

¿Cómo están mis frutos?

¿Me estoy esforzando para mostrar a otros cierto status social?

¿Cuál es el propósito detrás mi esfuerzo? ¿Mostrar a otros mis bienes?

Jesus dijo:

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Mateo 7:16

Si estamos sembrando para mantener una apariencia, los frutos serán vacíos. Es como cuando nos venden un producto maravilloso en un comercial, pero al comprarlo, no era como lo anunciado.

¡Que nuestro corazón este en Jesús!

Decisiones Sabias

¿A quién recurrimos para pedir consejo? ¿Cómo sabemos si tomamos le decisión correcta?

Conforme crecemos las decisiones van tomando mayor relevancia y, por ende, necesitamos informarnos para tomar la decisión más adecuada.

Pero, ¿Cómo saber si estoy usando la información idónea?

Sencillo…

…en realidad no tan sencillo. Muchas veces pensamos que poner en manos de Dios algo, es lo mismo que la dirección de Dios. Podemos orar por algo, pero pedir dirección es distinto. Cuando acudimos a Dios por dirección, debemos tener la disposición de aceptar y seguir su guía.

Es esencial poner en manos de Dios todo:

Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamientos serán afirmados. Proverbios 16:3 -RVR 1960

Confiar en sus caminos y depositar plena confianza en que nos guiará, pues él conoce todo:

Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Proverbios 3:5

No sabemos todo, no tenemos claridad plena de la decisión que vamos a tomar, es bueno saber que nos vendría muy bien el consejo de otros:

No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal. Proverbios 3:7.

Me ha pasado que aun cuando siento paz en mi corazón porque ya cuento con la dirección de Dios, siento temor, pero si tenemos su respaldo podemos estar seguros que él sacará bandera, nadie que confié en él será avergonzado.

Echando todo.

Unos de los versículos que pienso que ayudan mucho siempre, aunque claramente todos ayudan, pero me parece que el que nos da un recordatorio oportuno en medio de los tiempos que vivimos es:

 …echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:7.

¡Que acertado! Si en los tiempos que el autor del libro, no existían las redes sociales, las estrategias de mercadeo tan convincentes, las tarjetas de crédito y otras cosas más, podemos pensar que sus tiempos eran sencillos, en comparación con los nuestros. Pero me parece que el concepto es el mismo, dedicar nuestras fuerzas a cosas que no podemos controlar, pensar en cosas que aun no suceden, entre otras cosas más que nos pueden generar ansiedad.

Personalmente algo que me genera ansiedad son los cambios, el saber que me enfrentare a algo desconocido, el desconocer si actuare según lo esperado o no. En medio de todo esto, encuentro refugio en esta palabra. Echar, entregar, depositar todo aquello que me genera ansiedad a Dios, porque hay alguien que tiene control de todo. Él si conoce mi futuro y tiene planes genuinos de bienestar para mi vida. No conozco lo por venir, hay miles de cosas que se escapan de mi control, pero si conozco al Dios que me ha cuidado en medio de otras circunstancias y puedo confiar que su interés y cuidado por mí son reales.

Lo que me preocupa, está en sus manos.  

Mi futuro está en sus manos.

Mi vida desde siempre ha sido cuidada por él.

¿Se acaba la ansiedad? No lo sé, pero cuando toque la puerta podemos enfocarnos en esta palabra de cuidado de Dios.

Te recomiendo esta canción que ministra mi corazón, espero que haga lo mismo contigo.

Prioridades

Estos días es muy común escuchar sobre resoluciones de año nuevo, metas, proyectos, entre otros. Y esta bien si aún no hemos dedicado el tiempo para planear esto. Lo importante no es tener muchas metas, pero si prioridades claras.

Son nuestras prioridades las que deben tomar importancia, una prioridad es lo que nos ayudara a cumplir con nuestros objetivos.

Si le estamos dedicando más tiempo a una actividad que no se alinea con nuestros objetivos, posiblemente el objetivo pasara a segundo plano y por ende no se alcanzara.

Proverbios 21:5 NVI

Los planes bien pensados: ¡pura ganancia!
    Los planes apresurados: ¡puro fracaso!

Obediencia=Seguridad

Obedecer no es sencillo, porque significa confiar en la instrucción u orden dada por otro, pero esto no deberia hacernos sentir inseguros cuando se trata de obedecer a Dios. Sabemos que cuando le hacemos caso a sus instrucciones actuaremos con seguridad no con incertidumbre…

…bueno quizas un poquito menos de inseguridad. Su palabra es segura, esto nos permite descansar, sabiendo que su guia es la decision correcta.

Nuestra obediencia, nos alimenta de su seguridad.

La pieza restante.

En estas épocas, podemos experimentar un sentimiento de frustración o desanimo, porque le teníamos mucha fe a este año. Pudimos haber creído que sería el tiempo donde llegaría ese trabajo soñado, que nos darían esa oportunidad en el trabajo, entre otras cosas. Estas ilusiones son buenas y nos permiten crecer en fe y en madurez espiritual.

¿Pero que existe detrás de estos anhelos? ¿Será un deseo de mostrarnos a otros de cierta manera? ¿Creemos que esto dará paso a otras ilusiones ocultas?

Como adultos muchas veces no somos sinceros con nosotros mismos, ocultamos la verdadera intención de nuestro corazón o la disfrazamos.

Podemos creer que la plenitud que deseamos, la encontraremos en algo, no en alguien.

Y sí, podemos encontrar la plenitud en la persona de Jesus, pero esto conlleva búsqueda y disposición para ir en contra de una cultura que nos dice que nunca es suficiente.

Quizás nuestra búsqueda de plenitud tiene un disfraz, pero nuestra alma solo se puede saciar con la plenitud de Jesus, aquel que llena todo en todo.

Dicen que no es recomendable salir de compras sin un presupuesto, porque todos nos parecerá necesario, no es bueno ir a comprar comida al supermercado con hambre, porque de seguro saldremos con muchas cosas adicionales que no planeábamos comprar.

El punto es, si vivimos una vida sin plenitud, todo nos parecerá una buena opción. Sin saber lo que en realidad necesitamos.

Proverbios 27:7. -NVI

Al que no tiene hambre, hasta la miel lo empalaga; al hambriento, hasta lo amargo le es dulce. 

Efesios 1:22-23 – RVR

22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

La plenitud de Dios, es la pieza que falta en nuestro mundo. Aclaro, esto no se logra con solo ir a la iglesia, es necesario que seamos intencionales buscando su plenitud.

Fe Domesticada

En ocasiones podemos pensar que debemos ajustarnos a nuestras circunstancias y que nuestra fe también debe ser ajustada, que no puede ir más allá de nuestra condición actual. Sin embargo, vemos las historias de hombres y mujeres que rompieron lo usual para conseguir grandes cosas, su situación les decía que no lograrían alcanzar la tierra prometida, que nunca serian padres o que un asesino nunca llegaría a ser un gran apóstol.

Muchas veces domesticamos nuestra fe, para que nos dé frutos hasta cierto nivel, porque si superamos ese punto, sería demasiado riesgo, quizás sería algo muy osado de hacer.

Te quiero contar que tu fe es el puente para que Dios haga cosas maravillosas a tu alrededor. Cuando se trata de creer en que Dios puede hacer algún milagro único y sorprende no debe existir limite. El negocio de Dios es la fe, no dejes que las situaciones de hoy, comentarios o pensamientos encierren el poder de Dios hasta cierto punto.

Él se ha especializado a lo largo de los años, en superar circunstancias.

Efesios 3:20

Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.

La Medida

Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.

Mateo 7:2

Este versículo es bastante famoso, muchos lo hemos leído una vez. Personalmente creo que cuando juzgamos a otros es porque nos sentimos superiores, pero detrás de esta medida que usamos con otros, se esconde un sentido interno de perfección que nos carcome lentamente. Puede ser, que esa medida que exigimos a otros es porque nosotros creemos que la alcanzamos. Nos hace sentir que todos deben estar alineados a nuestro “nivel”, pero es por pura gracia. El asunto es que esa perfección realmente nunca será alcanzada por nosotros mismos, porque de nuevo, el tema central es la gracia de Dios, no nuestras fuerzas, nuestros títulos o años de conocer a Dios. Cuando dejamos de imponer medidas a otros, somos libres, en ese punto entendemos que, si reconocemos la gracia de Dios en nuestras vidas, también otros pueden recibirla. Y el fantasma de la perfección no vendrá por nosotros.

Cuesta no juzgar, cuesta mucho en realidad, pero podemos saber que todos tenemos oportunidad de recibir su gracia.

Confiando en la Oscuridad.

Confiar en otros nunca es fácil, siempre exigimos que esas personas nos demuestren que son confiables para nosotros, esto porque en algún momento fuimos traicionados. En cierto punto debemos cuidar nuestro corazón, no podemos abrirnos de manera inmediata, pero siempre es necesario construir relaciones que generen esa confianza mutua.

Si confiar no es sencillo, imagínate confiar a oscuras, poner la confianza en alguien para que nos guie en medio de la oscuridad. “Dios sigue siendo confiable”. Esa es una frase que siempre dice mi pastor. Es una realidad, pero para nosotros. ¿Es una realidad?

Cuando estamos en un momento de oscuridad preferimos depositar nuestra confianza en nuestra experiencia o en nuestros instintos, pero ambas nos pueden generar problemas y confusión, lo que terminara en desconfianza en nosotros mismos.

Dios es aquella persona que hará algo, al depositar nuestra confianza en él, pero debemos prestar atención a su voz, en medio de la oscuridad.

Jeremías 17:9Reina-Valera 1960

9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?

2 Corintios 5:7Reina-Valera 1960

7 …porque por fe andamos, no por vista…

Todo es hermoso en su tiempo.

Usualmente leemos este pasaje cuando estamos esperando una promesa de Dios, pero también podemos verlo con una perspectiva de procesos o ciclos. Dice Salomón, que cada cosa tiene su periodo determinado, y que en ese momento es hermoso. Hay cosas en nuestra vida que deseamos prolongar por más tiempo, pero en realidad, deben cerrarse ciclos. Cada cosa tiene su momento especifico, pero en ocasiones nos negamos a darle cierre a procesos, relaciones o acciones. En su momento especifico, serán o fueron hermosos, pero ya el proceso dio su fruto.

Cerrar algo, conlleva finalizar relaciones, dejar atrás capítulos de nuestra vida o cambiar trabajos, por mencionar algunos ejemplos.  

¿Qué cosas deseamos conservar en nuestra vida que ya deberían cerrarse?

Eclesiastés 3:11

Reina-Valera 1960

11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑