Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Lamentaciones 3:24 RVR1960.
¿Cuántas veces hemos escuchado este versículo?
Te pregunto. ¿Cuál es tu mayor tesoro? ¿Verdaderamente es Jehová nuestra porción o es compartido con los afanes del mundo? O con la idea de éxito que nos adoctrina el mundo.
Amar al Señor, es más que asistir a una reunión dominical. Es más que apoyar en tu iglesia local en algún área de servicio. Es que en nuestra alma, mente y corazón le ame a él y también amar lo que él ama, las personas.
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos. Marcos 12:30-31 RVR1960.
Esto no es un proceso inmediato, podríamos decir que es progresivo. Decidir que Dios sea lo más importante en nuestra vida, es negarse, entregarse por otros, e incluso pensar diferente. Vivir diferente.
¿Qué precio tiene para nosotros el seguir a Jesús?
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, este la salvará. Lucas 9:23-24
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