Cuando iniciamos estudios de un idioma diferente a nuestra lengua materna, nos enseñan teoría, gramática y en ocasiones un poco de contexto e historia de las palabras.
Luego, cuando ponemos el idioma en práctica, conversando con personas nativas, nos damos cuenta de que la forma de hablar de ellos es un poco distinto a lo que nos enseñaron. No comprendemos sus chistes, o algunas de sus conversaciones, porque nos enseñaron el lenguaje, pero no la cultura. Quizás, nos enseñan algo breve, pero la cultura es viva.
Analizando, me parece que también en la fe cristiana sucede, aprendemos lenguaje cristiano, sabemos que palabras usar cuando hablamos con el pastor o lideres de la comunidad de fe, pero no siempre nuestra cultura es la que nos ordena la palabra de Dios.
Podemos hablar muy bien el idioma cristiano, pero conocer poco sobre la cultura de Dios.
Para aprender esta cultura, no hay atajos. La fe, nuestra fe, viene por el oír su palabra, es así como nuestra mente se renueva y da paso a una nueva cultura.
Seria bueno que nos enfocáramos también en cultura bíblica, no solo lenguaje cristiano.
Romanos 10:17
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 12:2
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
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