Humanamente nos genera incertidumbre lo que está por venir. Queremos saber lo que sucederá, como sucederá y cuando sucederá. Nos produce estrés y ansiedad, el no estar preparados para lo que viene.
¿Qué está por venir? ¿Cómo superare la situación difícil? ¿Estaré solo? Hay muchos pensamientos que nos pueden llegar a la mente cuando se trata de nuestro futuro, la realidad, es que desconocemos que pasará mañana. Por esa misma razón Jesús nos dijo que debíamos vivir un día a la vez.
Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy. Mateo 6:34.
Y es que cuesta bastante no pensar en el mañana, pensamos en que comeremos, en la forma de cómo nos vestiremos, si encontremos a la persona correcta o no. Hay miles pensamientos que vienen a nuestra mente, no soy científico, pero creo que muchos de ellos tienen una connotación de pregunta.
En nuestro futuro hay incertidumbre, pero tenemos esta promesa: Pues yo sé los planes que tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11
En el futuro no todo saldrá al cien por ciento como deseamos, ¿Por qué?
Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos—dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Isaías 55:8.
¿Qué seguridad tenemos entonces?
Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos. Romanos 8:28
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